Me encontraba solo con mi melancolía cuando decidí leer mis cartas de amor, esas que guardo como un tesoro, y que reflejan cuan poderosa es la adolescencia. De entre ellas deslizándose como por fuerza espiritual aparece la nota manuscrita que me escribió mi abuela como despedida en su viaje sin regreso a la ciudad de los muertos. Hoy acabaría de cumplir 100 años.
Con un nudo en mi garganta y mis ojos empañados de lágrimas he leido de nuevo tan emotivas frases, cuando al levantar la vista la encontré sentada a mi lado tendiéndome su mano y voz cansada pero aterciopelada, me dijo:
"He venido para darte ánimos y porque ahora parece que por primera vez desde mi partida me necesitas. Las cosas no andan bien, pero la vida es hermosa y dura, y vale la pena vivirla con intensidad.
Piensa que eres una hombre afortunado, que la diosa fortuna te visito el mismo día de tu nacimiento, que aun tienes la posibilidad de visitar a tus padres cuando te apetece, que tus hijas ya tienen su vida organizada con parejas que les aman, que tu mujer sigue estando ahí después de 35 años y de la misma forma que cuando eras adolescente de forma apasionada. Piensa que la libertad es la capacidad que tenemos para hacer el bien y que el éxito no es llegar a cumplir con lo deseado, sino luchar por ello cada día".
Volviendo mi mirada a sus frases escritas, con ojos abiertos como soles y mi alma relajada, leo de nuevo con voz alta cuando al alzar mi vista me pregunto ¿porque?, cuando me doy cuenta de que ella ha desaparecido. Ha sido tan real, la he tenido de nuevo junto a mi.
Feliz Navidad!!
