domingo, 30 de septiembre de 2012

RELATO CORTO Nº 14. Petición de mano.

¡Siéntate! dijo él con voz firme.
A mí me temblaban las piernas, en mi pensamiento bullían las palabras que durante todo el día he estado examinando una y otra vez, pero era incapaz de articular ni una de ellas. Joven, pero con la decisión y firmeza necesaria que me da el saber que algún día compartiré mi vida con ella, afronté esa tarde luminosa y resplandeciente la entrevista que marcaría el camino de mi vida.
Al fin, con voz temblorosa contesté "buenas tardes" y él, con semblante serio, (seguramente el de las ocasiones solemnes) comenzó a describir como es ella, haciéndome responsable de su futuro, comparando mi familia con la suya, contándome que es estar enamorado, diciendo que justamente en esta etapa es cuando la vida deja de ser un juego, para terminar con una sonrisa, diciéndome "ella es la mejor de mis hijas, ella es especial".
Se había dado cuenta, yo ya lo sabía.



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