Tengo tiempo y descubro que me siento bien. Rodeado de penas, de gente que no me quiere tanto, "amigos" que ven la solución en la exclusión social y demás especímines de esta seudo-humanidad. Hace días que no suena el teléfono con tanta insistencia y mis mails no parecen spam descontrolado.
Solo, con mi princesa y mi pequeña en el extranjero y mi mayor de vacaciones en la ciudad, me he preocupado de resetear mi mente y hoy me siento bien. Solo me importan los buenos "rollos", ha sonado el móvil y he recibido algún mail agradable. He visto a mi padre, he charlado con él que esta vez si que me ha contado historias de su "puta mili". Mi madre, está muy guapa hoy, porque este verano sin demasiado calor le sienta bien.
Mi vaso por fin esta medio lleno. Esta noche estaré con unos amigos de la AA VV Meridiano, me han invitado a cenar y ver el espectáculo que han montado en sus fiestas vecinales. Mañana, después de dos años, vuelvo a pilotar la moto (la de Princesa Saroga) para hacer kilómetros, saliendo temprano hacia Peñascosa, donde otro amigo soportará mi optimismo hasta el domingo por la tarde, en que estaré de vuelta. No podéis imaginar lo bien que me siento, estoy ahora mismo como un niño con zapatos nuevos. Me esperan mis amigos, son días de celebraciones. Me espera la carretera, una gran ruta por delante, oyendo la música de los escapes de la H.D., tal como asistir de nuevo a una verbena nocturna. Cenas, comidas y sobre todo compartir con gente a quienes quiero y sé que me quieren. Me siento bien pensando que el lunes volverá la princesa y me encontrará con las pilas cargadas, tal como yo espero verla a ella. HOY ME SIENTO BIEN y mañana, y pasado también.
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