Después de todo, o se muere de la cabeza o del corazón.
Llegado a la ciudad contará su historia a todo el que quiera oírle. De cómo la moto le llevó a conocer gente increíble, de cómo pilotó por paisajes que se abrían al paso solitario de su motocicleta. De cómo el viento fustigaba su cara haciendo palpitar su enorme corazón.
Y será entonces, en ese instante, moviendo la cadera al ritmo de sus pasos, notando el silencio, cuando comprenda que está muerto. Se aporreará el pecho con sus grandes manos, sin dejar de decirse a si mismo, "fue el corazón, que me sorprendió sobre mi moto". No tardará en comprender que el ruido palpitante que escucha no es el motor de su Harley Davidson, sino el vibrar de los corazones de quienes aún vivimos y lo llevamos en nuestro interior.
Tino vive en la Ciudad de los Muertos desde aquel 20 de Junio de 2021, y lo hará durante muchísimo tiempo, mientras esté en nuestra memoria.
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