Podría ser un tipo cualquiera. Uno de esos que pasa desapercibido, dada su excesiva normalidad.
Es un hombre como los de antes, con buen porte y cierta agilidad. Siempre con su sombrero, incluso en el interior del que podría ser su hogar, una cafetería de barrio, cargada de buen rollo y que destila buenas vibraciones.
Cada día, saluda, sonríe y acude a su cita en una mesa de hasta 10, tal como quieren las autoridades, debido a esto del “bicho”. Como siempre, rodeado de mujeres, de las de antes, él único varón entre femeninas historias, si, el único varón. Conversaciones, risas, críticas, adulaciones, con olor a pan tostado, café y carajillo de los de aquí, rematando el típico esmorzaret. Un verdadero señor que rompe mi indiferencia, generándome cierta envidia y admiración. Soy su fan.
Y no, no es un tipo cualquiera.....se llama Germán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario